Activando lo Profético: Un Recorrido Cristiano Hacia la Revelación

Activando lo Profético: Cómo Abrirnos a la Revelación en el Camino Cristiano


En el cristianismo, el don profético es considerado como un canal privilegiado de comunicación con Dios, una vía de revelaciones, guía y sabiduría, y en ocasiones, también de premoniciones sobre el futuro. Muchos creyentes se preguntan cómo pueden despertar o activar este aspecto profético en sus vidas. A continuación, examinaremos principios bíblicos para entender y activar lo profético.

Estableciendo una Conexión Profunda con Dios


El primer paso para activar el don profético es fortalecer nuestra relación con Dios. Una vida de oración constante y un estudio reflexivo de la Palabra de Dios son esenciales para desarrollar esta relación. Al sumergirnos en la presencia divina, podemos aprender a discernir la voz de Dios entre las múltiples voces que nos rodean.

Abrazando la Santidad y el Arrepentimiento


La santidad es un aspecto crucial para activar lo profético. Según Hebreos 12:14, "Esforzaos en vivir en paz con todos y en ser santos; sin santidad nadie verá al Señor". Vivir en santidad implica esforzarnos por reflejar el carácter de Dios, separándonos del pecado y eligiendo actuar de acuerdo con las enseñanzas de las Escrituras. Un arrepentimiento genuino y frecuente nos mantiene en este camino de santidad y nos prepara para recibir revelaciones divinas.

Desarrollando la Habilidad de Escuchar


Otro aspecto clave para activar lo profético es cultivar nuestra habilidad para escuchar. A menudo, Dios habla en susurros suaves y sutiles, y debemos estar dispuestos y preparados para escuchar. En 1 Reyes 19:11-13, Elías no encontró a Dios en el viento fuerte, el terremoto o el fuego, sino en un suave susurro. Este pasaje nos enseña que debemos estar en quietud y disposición para escuchar la voz de Dios.

Ejercitando el Don Profético


Una vez que hemos establecido una relación sólida con Dios, abrazado la santidad y aprendido a escuchar, podemos empezar a ejercer el don profético. Esto puede implicar compartir las palabras o visiones que Dios nos ha dado con otros, siempre con amor y respeto. También es vital someter cualquier revelación a la prueba de la Escritura y del discernimiento de la comunidad cristiana para evitar errores o malentendidos.

Conclusión


Activar lo profético no es un proceso mágico ni automático. Es un camino de crecimiento espiritual que requiere dedicación, humildad y una relación profunda y auténtica con Dios. Al seguir estos principios, podemos abrirnos a la revelación divina y comenzar a vivir de una manera más alineada con el propósito de Dios para nuestras vidas.

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