¿Se lo llevaron los indios de Jarabacoa?
En el corazón de Manabao, un misterio desgarra a una comunidad entera. Como si se tratara de una leyenda antigua, donde los espíritus de la montaña reclamaban lo que era suyo, el pequeño Roldany Calderón desapareció sin dejar rastro. ¿Será que, al igual que en la historia del Viejo Lolo, fuerzas desconocidas lo alejaron de su hogar?
Más allá de las ironías y mitos locales, lo cierto es que han pasado días angustiantes desde la desaparición de este niño de tres años en Los Tablones, y hasta el momento, ninguna pista sólida ha permitido dar con su paradero. Su familia, las autoridades y decenas de voluntarios han recorrido cada rincón de la zona, apoyados por equipos de búsqueda con drones, perros rastreadores y hasta cámaras térmicas. Sin embargo, el vacío persiste, como si la tierra misma se lo hubiera tragado.
Este caso ya no es solo una tragedia familiar; se ha convertido en una prueba para el sistema de búsqueda y rescate en el país. ¿Qué más pueden hacer las autoridades? Se necesita una movilización aún mayor, involucrando a especialistas en desapariciones infantiles, ampliando el radio de búsqueda e incluso considerando nuevas hipótesis que puedan explicar lo que realmente sucedió. No se puede permitir que este caso quede en la incertidumbre como otros antes. La historia del Viejo Lolo quedó como un mito, pero la historia de Roldany aún tiene que encontrar su final, y ese final debe ser su regreso a casa.
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